Señores del jurado...

ANTECEDENTES

-"Cambio un Master Cheff 2000 por Salsa Rosa"

Mi padre a mi edad si viviera en esta época.


Llegar a una edad en la que no puedes salir de fiesta hasta las ocho de la mañana es algo que asumo con naturalidad. No es algo que suceda de un día para otro el verte volviendo a tu lar como unas cinco horas antes de lo normal. Cada fin de semana uno va recortando minutos y copas a sus noches de ocio hasta que un día vuelves a casa de fiesta, pones la tele y están dando en telecinco Salsa Rosa. Al principio compensaba esto saliendo más tarde. En vez de quedar a las 21:00 quedábamos a las 23:00 o a la 01:00. No deja de ser un autoengaños, pero así funciono mejor. Pero esto no sirve de nada si al final vetamos bares porque; a) están muy llenos, b) están muy vacíos, c) tienen la música muy alta, d) no hay sillas donde sentarse o e) todas las anteriores (aunque a y b sean opuestas).

De nada sirve cambiar cubatas por cerezas, al final siempre acabas con ganas de volver a casa, abrir un abolsa de patatas y ver una peli como... no se, "Holocausto samurai", por decir una de las buenas. Y eso unido al hecho de que hace tiempo me regalaron la Playstation han hecho que mi ocio se limite a mover los pulgares, esos que hicieron del homo sapiens una especie superior a las demás.

COLABORADORES

-"Si tuviera que cambiar cada risa por un dólar tendría ahora un montón de risas"

Jimmy, un tipo muy pobre.

Oscar es maño y le jode que le imite el acento. A muchos maños les jode que imiten su acento y más si es para ridiculizarlo. Si a los maños les das un fusil lo primero que diría tras su primer disparo sería; -"No hables como un maño que no lo eres". Nos fuimos a Amsterdam a ver sus calles, su gente, su gastronomía.., y como todo viaje que hago con Oscar lo importante no es el lugar al que vamos, si no el camino que recorremos de la mano.
Si un vuelo sale a las 9:30 de la mañana y tenemos que estar en Barajas dos horas antes lo mejor, más sensato y prudente es salir de fiesta esa noche y procurar beber mucho para que al llegar a casa podamos dormir rápidamente. A mi me pareció una buena idea, a Oscar también se la pareció, pero claro, es que a mi me pareció buena idea alquilar Godzilla por quinta vez en el videoclub. No me juzguéis, era joven.
No voy a relatar la noche porque fue lo convencional, tapas, cervezas, pollo frito y lucha libre. Lo normal de un jueves. Vuelta a casa a las 03:00, cenamos de nuevo o seguimos cenando, no sabría decirlo. Eructamos con alegría, lo que es señal de que la pitanza a finalizado. Pienso en si me voy a la cama a dormir o me quedo despierto haciendo la maleta que todavía no he hecho. Mientras lo decido Oscar está dormido haciendo que su cuerpo toque zonas tan dispares del salón como el sofá, la mesa y el suelo. Todavía no sé qué hacer, pero por algún motivo tengo puesto el pijama y me estoy metiendo en la cama. Dejo que la naturaleza siga su curso.

BODEVIL

-"No fui yo, fue un hombre manco"

Un hombre manco.

Tengo tan mal despertar que nadie quiere hacer esos honores, pero cuando un vuelo sale y un montón de dinero ya pagado está a punto de perderse el hombre hace lo que el hombre tiene que hacer. Oscar me grita y me zarandea. Me despierto mientras me sigue gritando. Nos tenemos que ir corriendo, son las nosecuantos de la mañana y vamos a perder el vuelo. Gritos, zarandeos es todo lo que oigo y siento mientras echo cosas a la maleta, cosas que bien podrían ser ceniceros usados o calcetines limpios, no tengo ni idea. Nos duchamos, llamamos a un taxi y salimos pitando al aeropuerto.
Si fuera así de simple no estaría escribiendo esta historia. En cada suceso ha de haber un hecho que marque la situación, un detonante, una píldora, un "algo" que delimite la frontera entre lo convencional y el hecho insólito. Los Montesco tenían a los Capuleto, Jeckyl tenía a Hyde y yo tengo un problema estomacal. Si bebo y me sienta mal no puedo controlar a mi estómago y cuando tu estómago te habla has de escucharle. No es como cuando tu pareja te dice -"Tenemos que hablar" y lo peor que te puede pasar es que te deje. Cuando tu estomago pide la voz en realidad está diciendo; -"Tú haz lo que quieras, que yo voy a hablar largo y tendido" Y el único lugar donde se puede hablar con él es en el baño y no hay un baño cuando pierdes un vuelo.

ARE YOU TALKING WITH ME?

-"Are you talking with me?"

El mismo que lo ha dicho en la primera línea.

Correr cuando quieres ir al baño porque quieres cagar (de ahora en adelante y para no herir sensibilidades a "cagar" lo llamaremos "jiñar") tiene un inconveniente; produce muchos sudores y unidos a la resaca hace que llegue a un momento en el que no quieras ya no sólo jiñar, si no también vomitar. No es fácil discernir la frontera que hace que el cuerpo tenga una prioridad sobre otra, pero el mío es multitarea y es capar de procesar ambas a la vez. Tengo un don, si supiera usarlo para hacer el bien sería el elegido por los dioses. Llevo la maleta y Oscar me lleva a mi mientras siento calambres y dolores. facturamos y envidio a la maleta porque irá en una bodega llena de espacio donde podrá estirar sus cientos de patitas. En cambio a mi me espera un asiento incómodo y un viaje de dos horas. Embarcamos y dentro del avión, que estaba apunto de irse, la azafata nos dice que tenemos que ponernos el cinturón porque en cuanto coja pista despegamos. Hago caso de sus azules ojos y me abrocho todo lo que me pueda abrochar.
Los asientos no son malos. Me puedo relajar, al final no ha sido para tanto. Aguanté el tirón. Soy un machote.
O no.
El problema de relajarse es que una vez la adrenalina deja de fluir y el cerebro vuelve a sus quehaceres cotidianos, las prioridades se le amontonan. Digamos que estaba tan ocupado por pillar el vuelo que en cuanto me senté mi estómago empezó a vibrar. Sentía como si tuviera que parir, si es que un hombre puede sentir eso, es como si quisiera jiñar a alguien de mi mismo tamaño. Comenzó el sudor frío, mareo y ganas de vomitar. Me revolvía en el asiento, y Oscar no hacía mas que intranquilizarme exigiéndome que me relajara. Igual que a un bufón en la edad media cuando un rey, espada en mano, le gritaba -"¡Tú, bufón, hazme reir!". No hay como una buena motivación. El caso es que ya no podía mas. Me desabroché el cinturón y me dirigí al baño.

LOS TESTIGOS

-"¡Qué somos, ratones u hombres!"

Un ratón que se creía hombre.

La azafata me interceptó y me invitó a regresar a su asiento, al mío no al suyo. Me hablaba con calma y susurrando diciéndome que el avión toma pista y que no puede esperar para despegar, pero como me estaba jiñando no podía ni imaginármela desnuda, así que se me hizo aburrida la charla. -"Mire, quiero cagar y vomitar", le dije interrumpiendo, -"No se si prefieres que lo haga en el baño o en el asiento, pero como no voy a ser yo quien lo limpie sería apropiado que fuera al baño". Soy borde, que no os engañe mi sonrisa. El caso es que la azafata, sorprendentemente, se lo piensa un rato y tras unos segundos me deja pasar diciéndome, -"en el baño hay un cinturón de seguridad, úselo porque el avión va a despegar" En el baño hice lo que hacemos en los baños. Termino y me lavo, siento un traqueteo por lo que supongo que el avión va a despegar. Me siento en el retrete y me abrocho el cinturón. No veáis lo bien que se estaba allí, podía estirarme, tenía agua fresquita y no había nadie que me incordiara. El baño tiene el mejor asiento en un avión. Sigo notando movimiento, estamos despegando, si problema, tengo el cinturón puesto, así que no pasa nada. Despegamos y me quedo unos 5 minutos mas sentado en el baño porque de vez en cuando me gusta regalarme tiempo para mi misma. Cuando me canso de hablarme al espejo y noto que el avión ya ha enderezado el vuelo me levanto y salgo del cuarto de baño.

INOCENTE

-"La roca, el árbol, la nave"

Un muñeco.

De manera instintiva miro hacia un lado del avión esperando comtemplar por las ventanillas cómo nos deslizamos por entre las nubes. No lo veo. Miro hacia el otro lado del pasillo y tampoco me parece vislumbrar nubes, así que desilusionado sigo caminando hacia mi asiento sin darme cuenta de que todo el mundo me está mirando. Cuando llego a mi sitio Oscar sólo puede decirme -"Tio, ya te vale". Frase que lo mismo sirve para bien como para mal. Me siento y antes de que pueda decirle nada la azafata viene y me dice. -"Abróchese el cinturón, vamos a despegar". Resulta que al piloto no le pareció buena idea rozar la velocidad de fuga con un tipo que está echando los hígados en el baño, así que mientras yo estiraba las piernas en mi santa santorum todo el avión esperaba. Qué detalle esta gente de las aerolíneas, luego les tachan de mafiosos por el overbooking.

El vuelo despegó con unos 15 minutos de retraso, aun así no pienso reclamar.

Comentarios

moonlight ha dicho que…
en serio que hay un cinturón en el baño??? estoy flipando, jeje
yo,lamiss ha dicho que…
Se me cae un mito! Y yo que pensaba que trabajabas en un bar...
Anónimo ha dicho que…
Que historia tan hermosa. Toda la tripulación esperando a que tú soltaras lastre
Cabra Montesa ha dicho que…
Que gran entrada y que bien escrita, es un honor haber viajado en el mismo vuelo, me ha emocionado, POR GODZILLA!
Javi ha dicho que…
Moonlight; el baño del avión tiene cinturón y si te descuidas hasta tirantes como los de Pedro J.

Chocolat; es que a mi los donner me los tomo en plan purgante. Es ingerirlos y al rato están buscando una salida. Y los porros los dejé desde que casi me quedo tieso un día de tanto fumar.

Miss móstoles; fui camarero y si no fuera por lo sacrificado y duro que es te diré que fue uno de los trabajos más agradables que he tenido.

Patri_cia; sigo esperando un motivo para que pongas en una colcha que pueda encargarte.

Atrapao; "... viajes, qué lugares..."

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